El Departamento de Educación comenzará un programa para ampliar el tipo de ayuda que reciben los estudiantes de hogares no angloparlantes que están aprendiendo inglés (English Language Learners o ELL por sus siglas en inglés) en las escuelas de transferencia existentes, que atienden a los estudiantes que están atrasados en los cursos o necesitan un apoyo adicional para el aprendizaje.
Este artículo apareció originalmente en inglés el 1 de septiembre de 2022. Translated by Daniel Parra
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El Departamento de Educación de la ciudad de Nueva York (DOE por sus siglas en inglés) ha decidido a ampliar el apoyo a los inmigrantes recién matriculados en las escuelas secundarias de transferencia de la ciudad, con recursos adicionales para los estudiantes que reciben clases de inglés como segunda lengua (ELL por sus siglas en inglés) en seis programas existentes este otoño, según ha averiguado City Limits.
Pero la agencia aún no ha especificado cuáles serán las escuelas que recibirán esos recursos y programas adicionales este próximo año escolar, a pesar de que las clases ya comienzaronn.
Las escuelas de transferencia atienden a los estudiantes que están atrasados en los cursos o necesitan apoyo adicional para el aprendizaje. Aunque hay docenas en toda la ciudad, solo cinco atienden específicamente a los estudiantes ELL, cuatro de ellas situadas en Manhattan y una en el Bronx. Los defensores de las personas inmigrantes llevan años pidiendo que la ciudad amplíe ese número para que los jóvenes inmigrantes recién llegados tengan acceso a las escuelas de transferencia de los barrios más alejados.
“Las escuelas de transferencia apoyan a los estudiantes que requieren formas alternativas de educación y es absolutamente crítico que estas escuelas únicas tengan los programas necesarios para apoyar a todos los estudiantes, independientemente del idioma que hablen en casa”, dijo un portavoz del DOE.
Education Collaborative, una coalición de más de 30 organizaciones comunitarias, ha estado abogando por dicha inversión, afirmando que los estudiantes ELL a menudo hacen malabares con sus responsabilidades laborales y de estudio, tienen menos años escolares para ponerse al día con el inglés y tienden a batallar más que sus compañeros para encontrar escuelas secundarias que satisfagan sus necesidades académicas y socioemocionales. El grupo ha impulsado específicamente un programa piloto de tres años y $8.2 millones de dólares para atender a un máximo de 400 estudiantes inmigrantes recién llegados de entre 16 y 21 años, según informó Chalkbeat esta primavera.
El DOE no especificó cuánto costará el programa piloto que lanza este otoño, pero explicó que no hay un tope establecido para el número de estudiantes inscritos, ya que las escuelas de transferencia tienen matrículas abiertas.
La agencia dijo que habrá seis escuelas que participarán en el programa piloto: tres en Queens, dos en el Bronx y una en Brooklyn, pero no reveló los nombres de las escuelas, y no respondió a las preguntas de City Limits sobre esos detalles.
El DOE dijo que se espera que en cada una de las seis escuelas se inscriban un mínimo de 25 inmigrantes recién llegados durante el próximo año escolar, lo que significa un total de por lo menos 150 nuevos estudiantes para el año escolar 2022-2023. Hasta el 30 de agosto, la ciudad dijo que 25 nuevos estudiantes se han inscrito en todas las escuelas de transferencia, incluyendo cinco en las escuelas del programa piloto.
Si bien no es exactamente lo mismo que el piloto que los defensores propusieron, el DOE dijo que sus planes lograrán el propósito común de aumentar el acceso y proporcionar oportunidades a los recién llegados ELL en las comunidades fuera de Manhattan.
El DOE dijo que trabajó con los superintendentes para identificar las escuelas que consideraba que estaban bien posicionadas para ofrecer programas a los estudiantes de inglés recién llegados de mayor edad. Las seis escuelas seleccionadas proporcionarán apoyo adicional a los estudiantes más allá de su programación obligatoria de inglés como nueva lengua (ENL), así como proporcionarán formación profesional a los profesores y demás empleados sobre el apoyo a las necesidades académicas y socio-emocionales de los estudiantes ELL.
Los defensores acogieron la noticia con satisfacción y la consideraron un primer paso, pero esperaban más detalles.
“Mi reacción inicial es que me alegro de que vayamos a tener este programa”, dijo Andrea Ortiz, responsable de política educativa de New York Immigration Coalition, y quien trabajó en la propuesta del programa piloto presentada a la ciudad por la citada coalición de organizaciones.
“A mí me parece estupendo que haya escuelas en todos los distritos”, dijo Ortiz por teléfono.
“Estoy deseando conocer más detalles”, dijo Rita Rodríguez-Engberg, directora del proyecto de derechos de los estudiantes inmigrantes para Advocates for Children of New York.
Funcionarios de la ciudad dicen que el proyecto piloto ha estado en preparación desde el año pasado y no fue una respuesta al aumento del número de familias inmigrantes que ingresaron por la frontera sur y que buscan asilo en Nueva York en los últimos meses. El 19 de agosto, el alcalde anunció el plan multiagencial Project Open Arms (Proyecto Brazos Abiertos), que establece directrices para ayudar a estos recién llegados en el proceso de matrícula, aunque su plan no menciona las escuelas de transferencia.
Pero los defensores dicen que este programa llega justo a tiempo: entre los recientes solicitantes de asilo hay más de mil niños y niñas en edad escolar. El año pasado, el 43 por ciento de los alumnos de las escuelas públicas de la ciudad hablaban un idioma distinto al inglés, según cifras del DOE.
Solo entre 2015 y 2019, el Migration Policy Institute (MPI por sus siglas en inglés) calculó que 3.400 inmigrantes recién llegados, con edades comprendidas entre los 16 y los 21 años, no estaban inscritos en la escuela o aún no habían recibido un diploma o su equivalente, y podrían haberse beneficiado potencialmente de los programas de educación secundaria en los cinco distritos. El grupo más numeroso de jóvenes recién llegados sin escolarizar vivía en el Bronx, seguido de cerca por Queens y Brooklyn.
Dos años después de que la pandemia golpeara a la ciudad, los estudiantes de inglés siguen teniendo dificultades en el ámbito académico, y el hecho de haber estado fuera de la escuela para el aprendizaje presencial durante más de un año, en el momento álgido del contagio de COVID, amplió aún más esa brecha de aprendizaje.
Mientras que los defensores han presionado durante mucho tiempo para que la ciudad abra escuelas secundarias de transferencia completamente nuevas para servir mejor a estos estudiantes, tanto Ortiz como Rodríguez-Engberg acreditaron el último plan del DOE como un primer paso hacia esa expansión, en el que las lecciones aprendidas en los próximos años servirán para crear un modelo más sólido. Ambas reconocieron que la creación de nuevas escuelas es una tarea más complicada y que requiere más tiempo, especialmente ahora que los presupuestos escolares han sido recortados.
“Estamos centrados en ampliar y reforzar la programación existente diseñada para proporcionar un apoyo integral a los estudiantes de las escuelas de transferencia”, añadió el portavoz del DOE.
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